La teoría de grafos es una teoría
que permite visualizar claramente a cualquier red de relaciones. Tiene una base
matemática y en ella se considera que cada individualidad de la red será
representada con un punto (vértice o nodo) y la relación que existe entre cada
uno de los nodos de esa red será representada con una línea (arista o arco).
![](https://cony812.files.wordpress.com/2013/07/grafo-4-colores.jpg)
Aplicando esta teoría a una red
social, entendemos que cada vértice es una persona y cada arista una relación
recíproca. Cabe destacar que cada arista representa una relación entre individuos
pero que no necesariamente esas relaciones son del mismo tipo.
En las redes sociales esas
aristas son invisibles, si bien las nuevas plataformas de redes sociales están
evidenciando cada vez más estas “aristas”.
Tal cual lo explica Diego Leal, una
de esas aristas puede significar una relación de interacción y afecto mientras
que otra puede significar “admirar a cierto cantante”. Independiente del
vínculo que los una, lo importante es destacar que contribuyen de igual forma
al tejido social.
Llevándolo al ambiente educativo
y apuntando nuevamente a lo que expresa Diego Leal, el grafo anteriormente
dibujado sería la representación de un aula ideal, en la cual todos los estudiantes
son capaces de contribuir directa o indirectamente al aprendizaje de los demás.
Donde podemos imaginar discusiones, intercambio de material y muchas otras
posibles interacciones. Tal cual la expresa el autor citado y con lo cual estoy
muy de acuerdo, es que habitualmente si nos pusiéramos a representar nuestras
aulas con un grafo, sería más o menos de la siguiente manera:
Donde hay un vértice central, que
representaría al docente y varias aristas que emergen de allí y convergen en
cada uno de los estudiantes. Si bien muchas veces intentamos trabajar en grupos
y promover las relaciones entre estudiantes, casi siempre el aprendizaje
termina dependiendo casi exclusivamente del docente.
Esta condición que teóricamente
ya es obsoleta, y hoy en día los estudiantes deben tener las habilidades para
generar y seleccionar su conocimiento, es la realidad en la que el propio
sistema educativo nos sumerge. La estructuración de contenidos, plazos
determinados y requisitos a cumplir, acaban por impedir que los aprendizajes
puedan ser generados por los estudiantes mismos en su propia red de
aprendizajes, siendo de mayor rapidez y seguridad las pautas brindada por el
docente.
Este puede ser un nuevo desafío
para nosotros los docentes, intentar general en el salón de clases una red
social distribuida de aprendizajes, donde cada estudiante se relacione
eficazmente con el aprendizaje del resto de sus compañeros.
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