domingo, 12 de octubre de 2014

Teoría de grafos y redes sociales

La teoría de grafos es una teoría que permite visualizar claramente a cualquier red de relaciones. Tiene una base matemática y en ella se considera que cada individualidad de la red será representada con un punto (vértice o nodo) y la relación que existe entre cada uno de los nodos de esa red será representada con una línea (arista o arco).

Aplicando esta teoría a una red social, entendemos que cada vértice es una persona y cada arista una relación recíproca. Cabe destacar que cada arista representa una relación entre individuos pero que no necesariamente esas relaciones son del mismo tipo.

En las redes sociales esas aristas son invisibles, si bien las nuevas plataformas de redes sociales están evidenciando cada vez más estas “aristas”.

Tal cual lo explica Diego Leal, una de esas aristas puede significar una relación de interacción y afecto mientras que otra puede significar “admirar a cierto cantante”. Independiente del vínculo que los una, lo importante es destacar que contribuyen de igual forma al tejido social.

Llevándolo al ambiente educativo y apuntando nuevamente a lo que expresa Diego Leal, el grafo anteriormente dibujado sería la representación de un aula ideal, en la cual todos los estudiantes son capaces de contribuir directa o indirectamente al aprendizaje de los demás. Donde podemos imaginar discusiones, intercambio de material y muchas otras posibles interacciones. Tal cual la expresa el autor citado y con lo cual estoy muy de acuerdo, es que habitualmente si nos pusiéramos a representar nuestras aulas con un grafo, sería más o menos de la siguiente manera:


Donde hay un vértice central, que representaría al docente y varias aristas que emergen de allí y convergen en cada uno de los estudiantes. Si bien muchas veces intentamos trabajar en grupos y promover las relaciones entre estudiantes, casi siempre el aprendizaje termina dependiendo casi exclusivamente del docente.

Esta condición que teóricamente ya es obsoleta, y hoy en día los estudiantes deben tener las habilidades para generar y seleccionar su conocimiento, es la realidad en la que el propio sistema educativo nos sumerge. La estructuración de contenidos, plazos determinados y requisitos a cumplir, acaban por impedir que los aprendizajes puedan ser generados por los estudiantes mismos en su propia red de aprendizajes, siendo de mayor rapidez y seguridad las pautas brindada por el docente.

Este puede ser un nuevo desafío para nosotros los docentes, intentar general en el salón de clases una red social distribuida de aprendizajes, donde cada estudiante se relacione eficazmente con el aprendizaje del resto de sus compañeros. 

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